El logosímbolo, como lo define la propia Conferencia Episcopal, consiste en una cruz que integra en su diseño una "C", en referencia expresa a la Iglesia católica y a la Conferencia Episcopal.

Además, los elementos rectilíneos que forman la cruz simulan una "J", con la que se pretende que esté prsente la figura de Jesucristo.

En el concurso para crear un logotipo para la Iglesia concurrieron ocho empresas de Sevilla, Barcelona, Alicante y Madrid. Una comisión integrada por profesores de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid seleccionó dos propuestas y la Asamblea Plenaria que esta semana celebraron los obispos eligió la ganadora, presentada por la empresa Made in Spain.

La Conferencia Episcopal abonó 125.000 pesetas a cada una de las empresas qe se presentaron al concurso para cubrir gastos de material, aunque algunas no aceptaron el pago de cantidad alguna "por tratarse de la Iglesia", según explicó el vicesecretario para Asuntos Económicos de la Conferencia, Bernardo Herráez.