Para JpD, firmaciones como esa "fomentan el mantenimiento de un modelo de mujer sumisa y dependiente respecto del hombre" y generan "sentimiento de culpabilidad en las mujeres víctimas de malos tratos y las coarta en el ejercicio de derechos y libertades fundamentales reconocidos por los Estados Democráticos en sus Pactos Constituyentes".

En la nota, esa asociación progresista señala que las causas de la violencia doméstica "hunden sus raíces en la sociedad patriarcal que durante siglos ha transmitido generacioalmente un modelo social desigualitario".

Esa sociedad patriarcal, añaden, ha contado "con la contribución de aquellas religiones que no han avanzado en el principio de igualdad real entre hombres y mujeres, reconocido y proclamado por la sociedad civil en los Pactos Internacionales".

A juicio de JpD, para combatir la violencia doméstica es necesaria la colaboración de toda la ciudadanía y de sus organizaciones, "incluyendo las instituciones religiosas".

En este sentido, añade que las institciones religiosas "tienen la responsabilidad de fomentar modelos de igualdad en las familias y en la sociedad, en lugar de difundir mensajes que fortalecen las posiciones de poder y dominio en las relaciones interpersonales".