LOS OBISPOS EUROPEOS ADVIERTEN DE QUE LA ESTABILIDAD DEL EURO ES FUNDAMENTAL PARA QUE LOS CIUDADANOS CONFIEN EN LA NUEVA MONEDA
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La Comisión de Conferencias Episcopales de la Comunidad Europea (Comece) ha advertido de que la fiabilidad y estabilidad del euro constituyen condiciones esenciales para que los ciudadanos y los mercados confíen en la nueva moneda.
Los obispos de la Comece, de la que forma arte el arzobispo de Zaragoza y ex presidente de la Conferencia Episcopal Española, Elías Yanes, aseguran en el documento "Una unión monetaria estable, esperanza para una Europa de la Solidaridad", que "sin confianza, una moneda no puede mantener un valor estable".
Sin embargo, mantienen que las recientes devaluaciones del euro frente al dólar estadounidense no reflejan necesariamente una supuesta debilidad de la moneda europea.
En este sentido, los obispos europeos indican que el cambio del eurono debería ser sobreestimado como medida del desarrollo económico general, ya que entienden que "el cambio del dólar frente al euro es un criterio importante, pero no decisivo, pues en el valor del euro influye un gran número de diferentes factores".
Asimismo, advierten de que "el euro no es, en sí mismo, una panacea en la lucha contra el desempleo", ya que su impacto en el mercado laboral es indirecto. Sin embargo, destacan que la política monetaria sí debe crear las condiciones para un desarrollo ecnómico general que sea favorable al empleo mediante una moneda estable.
Por este motivo, los prelados llaman la atención sobre la necesidad de evitar que las actuaciones en el ámbito monetario supongan una merma de las políticas sociales.
"Para evitar este peligro", aconsejan, "son importantes dos elementos: profundas reformas estructurales dirigidas a la solidaridad, en el sentido de buscar una más justa participación, así como una profunda reflexión, Estado por Estado, de un equilibrio entre laprotección social y la flexibilidad del mercado de trabajo".
Además, proponen que la política social se convierta en objetivo principal para los Estados miembros, "que deben tener ante su vista como prioritaria la meta de continuar creando oportunidades de trabajo".
En el ámbito económico, los obispos europeos son partidarios de que cada uno de los Estados miembros regule individualmente la Seguridad Social en su territorio y destacan la necesidad de que la tasa de inflación en la zona del euro s matenga en niveles bajos, para aumentar la credibilidad del Banco Central Europeo.
Respecto a la ampliación de la UE, indican que la unión monetaria no se debe ver "como un club exclusivo, sino más bien como una comunidad programada para aumentar el número de sus miembros".
(SERVIMEDIA)
30 Dic 2000
GJA