"Ayudemos a los pobres del mundo" es el título de la pastoral de monseñor Elías Yanes, arzobispo de Zaragoza y presidente de la Conferencia Episcopal, en la que se refiere a la Campaña contra el Hambre y a la II Jornada Mundial del Enfermo, que también se celebra hoy.

"La Iglesia en España", señala el arzobispo, "se esfuerza por convocar a todos los cristianos y a todas las personas debuena voluntad en favor de los países del llamado Tercer Mundo".

El obispo de Jaca, José María Conget, escribe en su carta pastoral sobre "los nuevos leprosos", y en ella, después de comentar la parábola del buen aamaritano, habla de los verdaderos marginados de nuestro mundo, que necesitan el milagro de nuestra generosidad: las víctimas del hambre.

"Nos hacemos a las cifras y no nos impresiona, que nos digan que cada dos segundos muere un niño porque nadie les ayuda o que más de mil millones de ombres viven en la miseria más absoluta. Lo vamos entendiendo como un mal inevitable, sin que se nos muevan las entrañas cuando oímos hablar del Estado del bienestar", subraya monseñor Conget.

REPARTO EQUITATIVO

"El hambre de nuestros hermanos", afirma monseñor Ambrosio Echevarría, obispo de Barbastro (Huesca), "es un reto para los que hemos superado esta situación y nos movemos en el ámbito de lo superfluo y del capricho. Y la solidaridad es la respuesta al reto de los hambrientos".

En su cart pastoral con motivo de la Campaña contra el Hambre, monseñor Echevarría señala que "la verdadera solidaridad y definitiva solución debe comprender un cambio de las estructuras económicas internacionales para un reparto más equitativo de las riquezas de la tierra y de las medios".

Asimismo, añade que "la actual crisis económica no debe impedir que este año continuemos elevando el listón de nuestra generosidad".

Por su parte, el cardenal de Toledo, monseñor Marcelo González Martín, denuncia en su arta pastoral que "la distribución de los bienes en el mundo es gravemente injusta".

LA CARIDAD

"El egoísmo de los hombres", afirma el prelado, "ha hecho que la distancia entre los países desarrollados y los países en vías de desarrollo sea tan abismal que, en vez de atenuarse, va creciendo más. Urge un nuevo orden internacional por el que todos puedan tener acceso a los bienes que la persona necesita para su subsistencia y desarrollo. Nosotros hemos de contribuir a que se derribe el muro endurecidoque separa el Norte del Sur, como recuerda Juan Pablo II".

El arzobispo de Sevilla, monseñor Carlos Amigo Vallejo, recuerda que "la Campaña contra el Hambre es el esfuerzo de hacernos comprender la necesidad de los demás. El amor cristiano no puede ser menos que universal. Donde haya un hombre necesitado debe estar presente la caridad, el amor, la ayuda eficaz".

Monseñor Carlos Amigo apunta que la caridad abre el corazón que el egoísmo había cerrado. "La solidaridad, la ayuda mutua, hace sentir l alegría de la fraternidad. Educa los sentimientos más nobles del hombre. Nos une a todos en una empresa común y en el gozo de saber que formamos parte de una comunidad solidaria".