El prelado dedica su última carta pastoral a la clase de Religión, que justifica "por el bien cultural del alumnado". Monseñor Camprodom argumenta que "es un deber moral de la escuela, garantizado por un ordenamiento legal, ofrecer la materia de Religión con el mismo rigor científico y con la competencia pedagógica equiparada a las 'materias fundamentales'".

El obispo de Gerona señala que "la sociedad catalana no se puede resignar a perder la memoria de una tradición que, agrade o no, es constitutivade su historia, si no queremos perder nuestra propia identidad".

El Estado aconfesional, como se autodefine el español, no puede negar la religión, afirma Camprodom, "debe velar y procurar que sus ciudadanos posean una cultura integral básica".