Este pronunciamiento público del Obispado se debe a la polémica suscitada en los últimos días por el párroco de la localidad de Ingenio, en la isla de Gran Canaria, que se negó a dar la comunión a una persona que se casó por lo civi.

Monseñor Echarren respalda así al párroco y añade que este es un criterio válido para el resto de las parroquias de la Diócesis.

El Consejo Episcopal de la Diócesis de Canarias asegura que esta es una doctrina que siempre ha mantenido la Iglesia y que ha sido reiterada por Juan Pablo II en sus exhortaciones apostólicas y que además está recogido en el código canónico vigente.

La nota aclara que no se quiere juzgar la conciencia de quienes siendo creyentes optan por el matrimonio civil, "auque tenemos que valorar los actos externos de nuestros fieles sobre todo si son actos públicos como recibir la sagrada comunión".