A juicio de monseñor Osés, "el paro es uno de los mayores males que aquejan a las sociedades modernas, pero que a nosotro nos afecta con especial incidencia".

Para el obispo de Huesca, "nuestros índices de paro, absoluta y relativamente considerados, son altamente preocupantes, a pesar de las economías sumergidas y de la picaresca que no cesa. El paro está produciendo frustración en muchos adultos y jóvenes, mujeres y hombres; es fuente de agudas y frecuentes crisis, conyugales y familiares; humilla a quienes, siendo honrados y que tienen voluntad decidida de trabajar, deben sin embargo padecerlo a veces por periodos deaños; origina desesperanza porque el paso de los días parece que sólo es la ratificación de su amarga decisión".

"Ninguna persona", añade, "puede despreocuparse de este problema, sino que debe esforzarse por tenerlo muy en cuenta, descubrir y luchar contra sus causas y mitigarlo según sus posibilidades".

Para el prelado, "éste debe ser uno de los objetivos que, con esfuerzo renovado, empeñe de nuevo a los gobernantes, a las distintas fuerzas sociales y a los ciudadanos. Sin olvidar que quienes teemos un puesto de trabajo debemos ayudar a quienes carecen de él y lo buscan solícitamente".