El funeral fue en el Patio de Armas del Cuartel General del Ejército, donde estuvo instalada la capilla ardiente desde las nueve de la mañana, y a la que asistió, entre otros líderes políticos, el presidente del Gobierno, Felipe González.

Durante la homilía, el arzobispo castrense, monseñor Estepa, recordó cómo el teniente Muñoz encontró la muerte cuando intentaba aliviar el sufrimiento de unos seres humano víctimas de los fanatismos nacionalistas.

Al funeral asistieron en representación del Ejecutivo, el vicepresidente del Gobierno y los ministros de Defensa y de Asuntos Exteriores. También estuvieron dirigentes de la mayoría de los partidos con representación parlamentaria en la última legislatura.

Tas la misa y los actos de honor al legionario fallecido, le fue impuesta a título póstumo y con carácter extraordinario la Cruz al Mérito Militar. La condecoración fue entregada a su viuda y familiare. A continuación, el féretro fue trasladado a Avila, donde esta misma tarde recibirá cristiana sepultura.