El estudio sobre "La población femenina reclusa en los establecimientos penitenciarios de Galicia" pone de manifiesto un crecimiento superior a un 119 por ciento de presas preventivas entre 1988 y 1992, frente a un incremento del 42 por ciento en el número de reclusas ya penadas.

Según este estudio, encargado por la Xunta, el perfil tipo de la presa es el de una persona de bajo nivel cultural, de unos 30 años y de origen urbano o suburbano.

Asimismo, la mujer presa suele estar casada y el 70 por ciento de ellas son madres con una media de dos a tres hijos menores de edad.

En el caso de las reclusas más jóvenes, la mayoría de los delitos están relacionados con la drogodependencia, mientras que en las presas de más edad hay una amplia incidencia de delitos relacionados con l tráfico de estupefacientes.

Por lo que se refiere al índice de gravedad de las penas de estas mujeres, que en un 44 por ciento ha estado en prisión más de una vez, son de dos a cinco años en los dos tercios de los casos.

Finalmente, el estudio pone de manifiesto que es mayor la demanda de labores y formación profesional para aprender un oficio que la oferta disponible en las tres prisiones con mujeres que existen en Galicia.