Con estos crecimientos, sumados el número de funcionario de los ayuntamientos y corporaciones locales y los de las comunidaddes autónomas superan el número de los de la administración central desde el año 1991. En este momento, la administación central emplea el 48,18 % de los funcionarios, mientras las comunidades autónomas emplean el 32,54% y los ayuntamientos el 19,28 %.

Desde 1982 hasta finales de 1994 se han producido fuertes cambios estructurales en la distribución de los empleados de las Administraciones Públicas.

El total de los funcionarios públicos, sumados la administración pública estatal, las de las comunidades autónomas y las de ayuntamientos y coprporaciones locales ha pasado de 1.393.340 a 1.926.614 empelados, un cecimiento del 38%.

Sin embargo, la administración central ha reducido sus efectivos en cuanto a funcionarios, pasando de 1.181.820 en 1982 a 928.293 en 1994 como consecuencia del proceso de cesión de competencias a las administraciones periféricas y, como consecuencia, la menor necesidad de personal.

"La administración central ha pasado a ser más coordinadora y reguladora que gestora, como consecuencia del traspaso de competencias a las administraciones autonómicas", ha señalado Constantino Mende, secretario de Estado para las Administraciones Públicas.

Este desplazamiento de la gestión hacia las comunidades autónomas e incluso ayuntamientos ha aumentado el número de funcionarios desde los 44.475 de 1982, que representaban el 3,19% del total de funcionarios públicos a los 626.865 de 1994, que representan un 32,54% de dicho colectivo.

Por su parte, los ayuntamientos han pasado de disponer de 167.045 funcionarios en 1982 a 371.456 en 1994. De esta forma, su peso en el conjunto de la adminitración ha pasado de ser el 11,99% en 1982 al 19,28 % en 1994.