Concretamente, los radares están situados en el kilómetro 140,8 (sentido creciente) y 160,5 (decreciente) de la A-66, y en el 66,7 (decreciente) de la AP-66, según ha informado la Dirección General de Tráfico (DGT).

Los tres radares, cuyo funcionamiento ha sido verificado por el Centro Español de Metrología, se ubican en tramos peligrosos de la Ruta de la Plata, la autovía que transcurre desde Gijón a Sevilla, y de la AP-66, la autopista de peaje que une Asturias y la Meseta y conocida popularmente como "Autopista del Huerna".

El objetivo de estos radares es reducir el exceso de velocidad en estos tramos y, con ello, el riesgo de que se produzcan accidentes.

El de la AP-66 se halla en un punto conflictivo en las proximidades del antiguo peaje de Campomanes. Se trata de un tramo de vía de fuerte y prolongada pendiente y con curva, por lo que la velocidad está limitada a 90 km/h. En esta zona en se produjeron tres accidentes con seis heridos el año pasado.

Los dos radares de la autovía A-66 se sitúan en lugares próximos a importantes nudos de enlace con otras vías. En el tramo de vía en el que se sitúan los dos nuevos radares se han contabilizado 11 accidentes, con un muerto y 19 heridos desde principios de 2008.

Estos nuevos radares, como los ya existentes, están señalizados en paneles luminosos y con señal vertical fija, a través de los cuales se informa al conductor de la existencia de dichos controles.