Esa es la intención del presidente, Manuel Marín, a la vista de que la primera experiencia de adelanto del Pleno de hoy a las ocho de la mañana, ha sido positiva.

La intención de Marín es modificar los horarios del Congreso para que los parlamentarios y demás trabajadores de la Cámara puedan conciliar su tarea profesional con su vida privada.

A partir de Semana Santa, las sesiones plenarias tendrán un horario de comienzo flexible, que será fijado por la Mesa del Congreso con acuerdo de la Junta de Portavoces, en función de la carga que tenga cada sesión.

Así, por ejemplo, el Pleno de los martes podría comenzar a media mañana en lugar de a las 16 horas. El de los miércoles no se podría adelantar tanto porque hay que respetar la sesión del Senado, pero sí podría comenzar a las 15 horas, una hora antes de lo habitual.

El Pleno de los jueves también podría adelantarse, como ha sucedido con la experiencia de hoy, a las 8, en vez de a las 9.

LA BUENA MESA

Adelantar el comienzo de los Plenos de los martes implica adelantar también el resto de las reuniones de trabajo. La Mesa deberá reunirse a las 8 y la Junta de Portavoces a las 10, lo que permitiría iniciar el Pleno entre las 11 y las 12 de la mañana o, como muy tarde si no va muy cargado, a las 15.

Las mayores resistencias con las que se ha topado Marín al proponer estos cambios han procedido de la afición a la buena mesa de una gran parte de los diputados, que rechazan la posibilidad de reducir el tiempo dedicado a la comida e, incluso, de hacerla en la propia Cámara.

Marín tenía incluso definido un plan para suministrar a los diputados una especie de "catering" saludable de forma que pudieran agilizarse las sesiones de comisiones y plenos de los martes.

Sin embargo, ha tenido que asumir que sus señorías prefieren salir a comer y dedicar a ello un par de horas, aunque ello suponga acudir al Pleno de la tarde más bien abotargados.

Las comisiones tendrán también un horario flexible en función de su carga de trabajo y de la hora de comienzo de los Plenos.

Los martes podrían comenzar a las 8 si así lo decide la Mesa de cada Comisión y, en todo caso, trabajarían tres o cuatro horas, hasta el comienzo de los Plenos.

Las comisiones más polémicas, aquellas en las que los diputados echan horas de debate de forma sistemática, se pasarían a las mañanas de los miércoles, menos cargadas tradicionalmente.

MÁS COMISIONES Y MENOS PLENOS

Marín defiende este nuevo sistema con varios argumentos, entre ellos, que las nuevas instalaciones del Congreso permiten celebrar hasta nueve sesiones de comisión de forma simultánea. Para aprovecharlo, advierte, es necesario racionalizar los tiempos.

Los nuevos horarios afectan a los diputados pero también a muchos trabajadores de la Cámara, desde letrados hasta taquígrafos, estenotipistas, informáticos, técnicos de sonido y de imagen, camareros o personal de limpieza.

Esos trabajadores harán turnos para adaptarse a los nuevos horarios y, por ejemplo, en el caso de los que tengan hijos y no puedan dejarlos a una hora tan temprana, se les facilitará la posibilidad de cambiar su turno con otros compañeros.

En todo caso, la intención de Marín es negociar todos estos cambios, no sólo con los grupos parlamentarios, sino también con la Junta de Personal, es decir, con todos los afectados.

Su objetivo último es acercar el funcionamiento del Congreso a un modelo más europeo, no sólo en horarios, sino también en eficiencia, en que haya más sesiones de comisión y menos de pleno, y en no reiterar debates.

En este sentido, Marín propuso meses atrás que las enmiendas a las iniciativas legislativas rechazadas en comisión no se debatieran de nuevo en pleno, porque eso agilizaría considerablemente los debates. Pero se rechazó porque esa es la baza que permite a los grupos subir a la tribuna en las sesiones plenarias.

Algunos diputados de provincias habían mostrado reticencias y argumentaban, por ejemplo, que adelantar el pleno del martes les obliga a dejar su provincia el lunes por la tarde en lugar del martes por la mañana. Marín recuerda, en este sentido, que la gran parte de los diputados ya están en Madrid desde el lunes porque tienen reuniones de grupos parlamentario o de comisiones.

Rechaza también algunas alegaciones planteadas por grupos pequeños, que se ven desbordados ante la imposibilidad de cubrir todas las comisiones y sesiones de trabajo que se pueden celebrar en un plazo de tiempo más concentrado.

La apuesta es, en este sentido, que los grupos pequeños fijen sus prioridades y asuman que no pueden cubrir todas y cada una de las comisiones.