Vieira, que tomó este mediodía posesión de su cargo, agradeció el apoyo recibido durante su carrera de magistrado a su familia, compañeros y amigos y especialmente a su padre, también juez y que siempre, dijo, le ha apadrinado.

Pero tuvo palabras negativas referidas a la situación actual de la Administración de Justicia, en las que puso de manifiesto su deterioro debido al aumento de la litigiosidad y al acceso indiscriminado y en algunos casos abusivo, entre otras razones.

El nuevo presidente del TSJM lamentó que en otros ámbitos se han acometido reformas, pero no así en la Justicia, donde se sigue trabajando con métodos propios del siglo XIX. "La Justicia es la gran asignatura pendiente de la democracia", concluyó Vieira, quien precisó que "los que trabajamos en ella también debemos arrimar el hombro".

Por su parte, Carlos Dívar, presidente del Tribunal Supremo y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), afirmó que si la balanza de la justicia se inclinara alguna vez hacia algún lado, debería hacerlo hacia los más necesitados.

También aseguró que en este momento existen múltiples inquietudes respecto a esta materia, ya que los jueces "estamos todos los días en primera plana" y "no es bueno porque debemos ser discretos, callados y silenciosos".

En este sentido, Dívar apeló a la importancia de la institución de la Justicia por encima de quienes la imparten, y añadió que en los tiempos actuales los magistrados la están absorbiendo con su continua presencia en los medios.