El nuevo plan de emergencia forma parte de ls 817.120.000 dólares solicitados por la ONU a todas las agencias dependientes del Sistema, de manera especial a Unicef, en lo relativo a los problemas de sanidad, educación, nutrición y rehabilitación psicosocial de millares de niños.

El informe presentado por la ONU destaca el incremento del 25 por ciento de la población refugiada desde diciembre de 1992, lo que multiplica el volumen de necesidades entre los antiguos refugiados y los que se incorporan a diario huyendo de la guerra.

La organizacón seguirá vigilando que los afectados tomen agua potable para evitar el riesgo de epidemias de tifus, sarampión y otras afecciones motivadas por la emigración masiva y el hacinamiento de muchos de ellos.

Asímismo, trata de restablecer el servicio de refrigeradores en las zonas donde aún existe corriente eléctrica para mantener los alimentos en condiciones sanitarias adecuadas.

Mientras, en todas esas poblaciones, Unicef asegura la alimentación de los niños mediante la distribución de productos splementarios, que alcanza también a las madres lactantes.