EL NUEVO LIBRO DE IGNACIO MURO APUESTA POR LA FIGURA DEL TRABAJADOR ACCIONISTA PARA MEJORAR LA TRANSPARENCIA
- Según declaraciones del autor a Servimedia
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El economista Ignacio Muro defendió hoy en declaraciones a Servimedia la figura del trabajador accionista como mecanismo "de contrapoder", que garantice una mayor transparencia en la gestión de las compañías.
Dicha idea aparece en el libro "Esta no es mi empresa. Los profesionales en el siglo XXI", que el autor barcelonés presentará esta tarde en Madrid.
Según Muro, "existe una sensación de desapego generalizado entre los profesionales, que se sienten alejados de su empresa". "Ya nadie dice, como hace 25 años, 'soy de Telefónica, del Santander o de la agencia Efe', sino que entienden el trabajo como elemento de subsistencia y, progresivamente, lo ven como algo incómodo", apuntó Muro.
El autor achacó tal situación a "ciertos modelos empresariales en los que una cúpula directiva tiene el monopolio de la información y se arroga en exclusiva la defensa de la compañía".
Este modelo ha dado como resultado la ocultación de datos hacia los accionistas y ha puesto de manifiesto el fracaso de la autorregulación, "ya que las empresas no pueden controlar a sus ejecutivos, que en última instancia poseen toda la información", opinó.
Por ello, el economista defendió la existencia de "un contrapoder interno, para que exista cierto equilibrio y las empresas sean responsables" lo que, en su opinión, "requiere una mayor implicación personal de los trabajadores" y que "estos formen parte del accionariado".
En este sentido, Muro se preguntó si la existencia de una alta tasa de cogestión no es causa de la mayor competitividad de la economía alemana, "a pesar de los altos salarios", y recordó que las grandes multinacionales americanas de nuevas tecnologías están siguiendo el mismo camino con sus empleados.
"Ellos saben que su futuro depende de las compañías donde trabajan", por lo que, frente al accionista particular que se despreocupa y delega en los gestores, "el trabajador puede garantizar mayor transparencia y tiene más capacidad para ejercer el control desde dentro".
Para el autor del libro, la demanda de información por parte de la sociedad es cada vez mayor", el problema radica en "cómo garantizar su veracidad". "No creo en la autorregulación, pero tampoco es factible que el Estado legisle para controlarlo todo", apuntó y subrayó la conveniencia de "un contrapoder, que desde luego no puede ser solo externo".
Finalmente, Muro criticó "la concepción excesivamente pasiva del trabajador" expresada por el gobierno al pedir a los empresarios que "cuiden el empleo". "Ahora mismo, debería reclamar a las empresas que miren por su futuro, y a trabajadores y empresariosque sacrifiquen cosas para llegar a acuerdos y proteger el empleo", señaló, pero esto sólo se consigue con una mayor implicación.
(SERVIMEDIA)
26 Ene 2009
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