Así lo anunció este lunes la UGR en un comunicado en el que defendió que, por sus “dimensiones, equipamiento, funcionalidad, precisión y seguridad”, las características del laboratorio “lo hacen exclusivo en todo el territorio nacional”.

“Su amplitud, 60 metros cuadrados, le aporta polivalencia y permite una gran movilidad a sus usuarios, amplia variedad de medios para el diseño y desarrollo de programas de entrenamiento y uso simultáneo de grupos reducidos”, sentenció la institución académica.

El grupo de investigación Análisis y Control del Rendimiento Deportivo (SEJ-438), que cuenta con una trayectoria de casi dos décadas dedicadas a la investigación en hipoxia conjuntamente con el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, ha liderado este proyecto con el apoyo de otros grupos de investigación de la Universidad de Granada, de la Universidad de Barcelona, del Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y del propio CAR de Sierra Nevada.

En este punto, la UGR explicó que, “gracias también a la creación de esta sinergia”, el grupo ha podido “estudiar en detalle” la “utilidad y aplicabilidad” de la hipoxia para diferentes objetivos, “especialmente” la “entrenabilidad” de la fuerza y la potencia muscular.

Junto a ello, avanzó que las colaboraciones que se establezcan con especialistas en medicina y rehabilitación deportiva permitirán “abrir nuevas líneas de investigación sobre su uso terapéutico”.

Tras puntualizar que esta instalación se ha construido con fondos del Plan de Infraestructura y Equipamiento Científico-Técnico del Subprograma Estatal de Infraestructuras de Investigación y Equipamiento de 2019 - EQC2019-005832-P, la UGR aseveró que la cercanía de la ciudad con el CAR de Sierra Nevada (CAR), ubicado a 2.320 metros sobre el nivel del mar, permite “un tándem exclusivo" como "complemento" a la altitud natural para "preparar campamentos en altitud, recordatorio de estancias en altitud o preparación de alpinistas”.