El informe de la ONG subraya que en Rumania los niños con esta discapacidad siguen siendo internados en centros psiquiátricos para adultos, con condiciones higiénicas y asistenciales muy deficientes y, en algunos casos, infrahumanas.

Los malos tratos que recibían las personas con discapacidad psíquica, y en especial los niños en aquel país, se hicieron públicos con la caída de la dictadura comunista, en 1989.

Aunque desde entonces la situación en este ámbito ha progresado significativamente, el actual responsable de la Protección de los Derechos de la Infancia, Bogdan Panait ha reconocido que todavía queda mucho por hacer.

En los últimos años se han creado 200 centros infantiles, que prestan una atención más individualizada, lo que ha permitido salvar la vida de muchos niños, pero no evitar que vivan internos en instituciones.

En 2005 se aprobó legislación con el objetivo de poner fin a la práctica de internar a estos niños, sin embargo la falta de centros que les ofrezcan programas y asistencia que les permitan vivir en el ámbito familiar, impide su cumplimiento en muchos casos.

La principal causa de esta situación es la falta de profesionales que quieran dedicarse a la atención a los niños con discapacidad, según indicaron las autoridades y los familiares encuestados por los autores de la investigación en la localidad de Braila, una de las que registraba una de las peores situaciones, según el documento.

Por su parte, Panait ha subrayado que el ejecutivo Rumano está trabajando para conseguir mejorar la situación en esta localidad, y que en un plazo de tres o cuatro meses contará con hogares con personal especializado, lo que permitirá ofrecer una asistencia adecuada a los niños, y que sigan viviendo en el ámbito familiar.