El fiscal, que juró su nuevo cargo ayer, declaró esta mañana, durante su presentación ante los medios de comunicación, que actualmente hay "un fallo en el sistema" porque, de los 975 accidentes laborales mortales que se produjeron en 2004, sólo seabrieron 143 procedimientos por homicidio por imprudencia. "Esto significa que hubo 812 muertes no registradas como muertes", añadió Oña.

Para evitar este tipo de errores, Oña cree que es necesaria la especialización que él viene a traer a la cabeza de la nueva fiscalía, y aseguró que esto supone "la reorganización de la estructura de las fiscalías para que actúen coordinadamente".

El nuevo fiscal de Siniestralidad Laboral señaló que la creación de esta nueva fiscalía es fruto "de las pretensiones del Gobierno, del Fiscal General del Estado y de los sindicatos".

Su intención es crear "un órgano centralizado que unifique la labor de las fiscalías de todo el país en materia de siniestralidad laboral" para que acudir al trabajo no suponga "jugarse la vida o la salud".

En la práctica, lo primero que Oña quiere hacer crear es policías judiciales especializados en accidentes laborales y coordinar a los fiscales para que dinamizen las instrucciones de este tipo de delitos y evitar así que los procesos se paralizen.