Según declara su entrenador, Javier Gómez Domínguez, el objetivo de la escuela es enseñar a los chavales a jugar al baloncesto, pero siempre consiguiendo que se diviertan y con la filosofía de que por encima de su discapacidad están sus capacidades, que deben aprender a aprovechar al máximo. “Aprendizaje y diversión es lo que espero que puedan obtener los alumnos en cada entrenamiento”, afirma.

La escuela se puso en marcha en 2009 con la finalidad de facilitar la práctica deportiva a personas con discapacidad, especialmente a los jóvenes, por los beneficios físicos, funcionales, psicológicos y sociales que aporta. Se propone también transmitirles los valores del baloncesto en silla de ruedas y del deporte en general, que no son otros que el esfuerzo, la superación, el compañerismo o el trabajo en equipo.

Situada en el Centro de Recursos Educativos de la ONCE en Madrid (Avenida Dr García Tapia, 210), la escuela fomenta la participación de las chicas y de personas con diferentes tipos de discapacidad (lesión medular, espina bífida, parálisis cerebral…). La formación es totalmente gratuita y en ella se proporciona una silla de juego adaptada al alumno para la participación en los entrenamientos.

Algunos de los chavales que han pasado por esta escuela han sido seleccionados en diferentes ocasiones para participar representando a la Comunidad de Madrid en los Campeonatos de España Promesas y Escolares y han conseguido varias medallas en los últimos años.

En la actualidad, jugadores como Daniel Stix y Sara Revuelta, antiguos alumnos de la escuela, forman parte de la plantilla del CD ILUNION y de las selecciones nacionales femenina y masculina de baloncesto en silla de ruedas.