Se trata de la reunión semanal que mantienen empresa y trabajadores con el objetivo de llegar a un acuerdo antes del 10 de octubre.

En un primer momento, los directivos de Spanair querían que dicho acuerdo se alcanzara antes del 14 de septiembre, pero tras el accidente del 20 de agosto en Barajas se produjo un parón en la negociación que llevó a la empresa a pedir una prórroga del plazo al Ministerio de Trabajo.

Entre los trabajadores, según indicaron fuentes sindicales a Servimedia, empieza a cundir la sospecha de que la compañía está forzando el desacuerdo para que no se llegue a un acuerdo sobre el ERE y poder llevar ante la Dirección General de Trabajo una propuesta de despidos mucho más extensa que la recogida en el plan de viabilidad, que incluso pueda suponer la desaparición de la aerolínea.

De hecho, fuentes cercanas a la negociación denunciaron que esta actitud ya se podía percibir antes del accidente del 20 de agosto en Barajas.

Según estas fuentes, la dirección de Spanair mostró su intención de torpedear el acuerdo con los sindicatos al permitir que se formara una mesa de negociación para el ERE con 38 representantes de los comités de empresa de la compañía, un sistema menos efectivo que formar la mesa con las centrales sindicales.