Almunia se ha comprometido, en su primer año de Gobierno, a cerrar las centrales más antiguas, Zorita y Garoña. Continuará con las demás de forma escalonada por orden de su entrada en funcionamiento, para que vayan llegando a su cierre al final de su vida prevista y con las inversiones amortizadas.

"Lo anuncio con toda solemnidad. Me propongo sustituir pogresivamente la energía nuclear por energías alternativas, limpias y seguras, de forma que España no tenga centrales nucleares activas en el año 2015. En el primer año de Gobierno cerraré las centrales nucleares de Zorita y Garoña. Es, creo, una decisión buena para todos los españoles, y es una decisión que se puede llevar a la práctica", dijo Almunia al calusurar una jornada en la que los socialistas han analizado propuestas para aumentar la calidad de vida de los españoles, que incorporarán a su program electoral.

El PSOE lleva cerca de dos años madurando esta propuesta y estudiando la política energética que será necesario poner en marcha desde el 2000 para sustituir la generación energética perdida, si se decide comenzar el cierre de las centrales nucleares.

Fruto de esta maduración es esta propuesta, que se basa en un plan de fomento de las energías renovables, como el sol, el viento, la biomasa, y de las tecnologías basadas en el ahorro energético, para que en el año 2010 las fuentes de enegía renovables cubran, como mínimo, el 15% de la demanda de energía primaria.

Asimismo, el plan recoge incentivos para la competencia en el mercado de generación de energía eléctrica, para favorecer la entrada de nuevos competidores y de nuevas tecnologías.

INTERNALIZAR LOS COSTES

Esto requerirá también, según el estudio del PSOE, una nueva política fiscal sobre la generación eléctrica de origen nuclear que permita internalizar el conjunto de los costes asociados a la misma, y que contribuya aldesarrollo de las energías renovables y de las tecnologías de ahorro energético.

El plan lanzado por el PSOE recoge también la necesidad de emprender una gestión racional de los resíduos radioactivos y de aplicar tecnologías seguras y económicas disponibles para el almacenamiento provisional, descartando decisiones innecesarias o precipitadas sobre almacenamientos definitivos. Asimismo, el plan incluye la prohibición de reprocesar el combustible nuclear.

Todas estas medidas requerirán, y así lo h previsto el PSOE, la adecuación del marco jurídico e institucional a las nuevas circunstancias, actualizando la Ley de Energía Nuclear, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), y la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, S.A. (ENRESA).

Los socialistas aseguran que el cierre de las centrales nucleares no incrementará, incluso reducirá el precio de la electricidad ya que, como resultado del aumento de competencia en el sector, los precios evolucionarán según su tasa anual de variación nominal, equivalnte al incremento previsto del IPC menos cinco puntos anuales.

Además, garantizarán la dinamización económica de los territorios situados en el entorno de las centrales nucleares. De forma inmediata, y para el cierre de Zorita y Garoña en la próxima legislatura, preven un paquete de acciones para dotar de infraestructuras a los munipios afectados y estimular su actividad económica.

A partir de este momento, y con esta propuesta sobre la mesa, que los socialistas aseguran haber meditado y analizad con detenimiento, el PSOE tratará de estimular un debate público y social para recabar el máximo consenso posible en torno a la necesidad de poner en el horizonte el cierre de las centrales nucleares.

Los socialistas recuerdan que las proyecciones a largo plazo de los organismos internacionales en materia energética coinciden en la pérdida de peso relativo de la energía nuclear en beneficio de otras energías primarias. Bajo esta perspectiva, parten de que la política energética en España debe tener e cuenta su propias circunstancias, en función de las cuales debe evolucionar.

CAPACIDAD EXCESIVA

En este sentido, aseguran en primer lugar que en el sistema de generación eléctrica español existe una sobrecapacidad y un desequilibrio estructural, de forma que la capacidad instalada excede en más de una cuarta parte a la demanda máxima, y el grado de utilización es muy desigual según las fuentes primarias.

Así, la potencia nuclear se está utilizando muy intensamente mientras que la de fuel y gaspermanece prácticamente inactiva cumpliendo, en parte, una función de reserva del sistema.

También trabajan con la hipótesis de que, muy probablemente, las empresas del sector se acojan a la vida útil de las centrales nucleares estimada por el enfoque económico, determinado por el momento en el que la repercusión de los costes variables de la producción nuclear se equilibre con el coste total de generación mediante una central nueva de ciclo combinado de gas natural.

Además, consideran que la incrtidumbre tecnológica y económica en relación con los resíduos de alta actividad ha trasladado su gestión al sector público y su financiación a las tarifas eléctricas. En las nuevas condiciones de mercado liberalizado, los socialistas creen que este coste debería integrarse en el precio de la producción electronuclear, sin perjuicio de que se mantenga la gestión pública de los resíduos.

En su intervención, Almunia se adelantó a las posibles críticas, al segurar que los socialistas "sabemos cómo hacerl, cuándo hacerlo, y lo que cuesta. Sabemos cómo sustituir la energía que producen". "Creemos", dijo, "que un futuro sin energía nuclear es una apuesta por la calidad de vida de nuestros hijos. Una apuesta por la vida. Y esa es la apuesta más importante que podemos hacer. Debemos atrevernos a hacerla. Yo me atrevo a hacerla".

El actual parque nuclear español, homologable al de Alemania, Reino Unido o Finlandia, genera cerca del 30% de la electricidad y está integrado por tres grupos de centrales con un potencia autorizada de 7.990 MWe, con una vida útil consumida media ponderada de 12,8 años y un valor global de activos de 2,2 billones de pesetas.