Greenpeac afirma que la central sufre "múltiples y graves problemas" que afectan a la seguridad, por lo que considera irresponsable la decisión del CSN.

Según la organización ecologista, el "agotamiento y envejecimiento de sus materiales, sumado a los graves y crecientes problemas de agrietamiento múltiple por corrosión intergranular que afectan a componentes fundamentales para la seguridad del reactor, como las penetraciones de las barras de control, el barrilete y otros componentes del circuito primario, demestran que la vida útil de esta central está totalmente agotada".

Carlos Bravo, portavoz de Greenpace, manifestó que alargar el permiso de explotación de Garoña compromete su seguridad, al tiempo que recordó que desde 1992 se han sellado casi 200 penetraciones en las que aparecieron fisuras.