Estas organizaciones consideraron inaceptable la decisión del CSN y reiteraron su petición de cierre de esta central, la más antigua de España.

A juicio de estas tres organizaciones, "la decisión del CSN es una muestra más de su extraordinario servilismo hacia la industria nuclear, del que los consejeros del CSNhacen una auténtica profesión".

Asimismo, denunciaron la "obsolescencia de la central" y el "claro agotamiento de su vida útil, como demuestran los graves problemas de corrosión intergranular que afectan a componentes fundamentales para la seguridad del reactor".

Para Carlos Bravo, portavoz de Greenpeace, "la decisión del CSN resulta a todas luces insensata, máxime cuando, en un sector eléctrico en régimen de competencia como el actualmente vigente en España, Unión Fenosa va a evitar a toda costarealizar inversiones en seguridad".

Por su parte, Ladislao Martínez, de Ecologistas en Acción, apuntó que "la actitud de secretismo y de connivencia con la industria nuclear por parte del CSN es inadmisible", por lo que pidió la adopción de medidas políticas para acabar con esta situación y abandonar la energía nuclear.