A juicio de San Antonio, el acuerdo es nocivo para la industria alemana y el resto del sector internacional. A su juicio, que el acuerdo se firme en Alemania, una potencia que ha desarrolado importante tecnología nuclear, afecta negativamente a las perspectivas tecnológicas del resto del mundo.

"Es sorprendente que una decisión política impida el desarrollo social y tecnológico de un país", agregó. "En Alemania, séptimo país en número de centrales nucleares, los ideales políticos se han impuesto a los tecnológicos, económicos y sociales. La lectura positiva es que las centrales han asegurado su funcionamiento durante 20 años y en este tiempo la política y el gobierno pueden cambiar. N es una decisión irreversible".