Según informó Greenpeace, un número importante de estos fallos provocaron "paradas forzosas" de centrales para corregir las deficiencias detectadas, pese a lo cual "el lobby nuclear sigue insistiendo en que el gran beneficio de esta energía sucia es la supuesta estabilidad que aporta a la red de alta tensión".

La central "peor parada", a juicio de Greenpeace, es launidad 2 de la central de Ascó, en Tarragona, con 11 sucesos notificables al CSN, el último de ellos "de particular gravedad". Le sigue Vandellós-2, con 10 incidencias.

"Mientras que en las nucleares no paran de ocurrir accidentes, el CSN, el Gobierno y los responsables políticos permanecen ausentes", criticaron los ecologistas.

Por otra parte, Greenpeace denunció que "tampoco" se hayan tramitado "las reformas necesarias" para endurecer el régimen sancionador de la ley de energía nuclear, "y evitar que se repitan escándalos como las 818 infracciones que el CSN ha perdonado en estos últimos años a las instalaciones, algunas de las cuales podrían haber dado lugar a multas de hasta 600.000 euros".

Por ello, reiteró que es "imprescindible y urgente" completar la tramitación de la reforma del CSN y "poner al frente del organismo a alguien que pueda transformarlo en un servicio público eficaz, riguroso, imparcial, transparente y participativo".