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MADRID
SERVIMEDIA

Los aborígenes australianos siguen siendo encarcelados en número gravemente desproporcionado y en condiciones que han contribuido a una elevada tasa de mortalidad bajo custodia, según denunció hoy Amnistía Internacional (AI).

"Según las estadísticas oficiales, se dictan 27 veces más penas de cárcel contra los aborígenes que contra los otros australianos y, a pesar de los esfuerzos del Gobierno por mejoar la situación, ello ocurre cada vez con mayor frecuencia", afirma AI en un informe.

Un equipo de investigación de la organización defensora de los derechos humanos visitó celdas de la policía, cárceles y centros de detención en cuatro estados y territorios de Australia el año pasado. Concluyó que el sistema de justicia penal hace que los aborígenes estén sobrerrepresentados entre los condenados.

Amnistía Internacional ha hecho un llamamiento a las autoridades para que estudien profundamente lasprácticas sistemáticas que discriminan a los aborígenes y llevan al arresto o detención de centenares de ellos.

En Nueva Gales del Sur hay una ley que prohíbe el uso de un lenguaje o un comportamiento ofensivo cerca de las escuelas o en público. Existen indicios de que se utiliza arbitrariamente para detener a los aborígenes.

Los miembros de las comunidades indígenas se quejan de exceso de vigilancia policial y de que son frecuentes los arrestos provocados: los agentes insultan y lanzan improperis contra los aborígenes para incitarlos a responder del mismo modo y detenerlos por ello.

Una vez detenidos, las condiciones que sufren son muy malas, según AI. La cárcel de Alice Springs, en la que el 80 por ciento de los reclusos son aborígenes, está frecuentemente superpoblada. Los presos están recluídos en dormitorios comunes divididos en jaulas con tela metálica durante 16 horas al día y gozan de muy poca o ninguna intimidad, ni siquiera en los sanitarios.

Algunos administradores de prisione afirman que este hospedaje era adecuado para los aborígenes -pero no para los australianos blancos- porque dicen que prefieren dormir en común.

AI teme que esos supuestos culturales se hayan utilizado como excusa para disponer unas instalaciones comunes gravemente insuficientes, en condiciones degradantes y de hacinamiento, pensadas específicamente para los aborígenes.

(SERVIMEDIA)
09 Feb 1993
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