(NOTICIA EMBARGADA HASTA EL 1 DE ENERO)

MADRID
SERVIMEDIA

Juan Pablo II advirtió en su mensaje de Año Nuevo que la pobreza en la que viven poblaciones enteras, tanto en Africa como en Asia y en América es una amenaza para la paz y criticó "el ansia frenética de poseer bienes materiales" que domina a la sociedades de los países industrializados.

"Se trata de un problema que se plantea a la conciencia de la Humanidad", señaló, "puesto que las condiciones en que se encuentra un gran número de personas son tales que ofenden su dignidad innata y comprometen, por consiguiente, el auténtico y armónico progreso de la comunidad mundial".

En la Jornada Mundial de la Paz, el Papa se refirió también a losgraves conflictos locales que perturban diversas regiones de la tierra, como el de Bosnia-Herzegovina, donde impera "la lógica aberrante" del conflicto bélico y "parece que nada pueda hacer frente a la violencia incontrolada de las armas".

El pontífice defendió que parte integrante de la paz es el respeto a la libertad de los pueblos y de las naciones y rechazar toda doctrina de supremacía nacional o cultural, como la del predominio económico, para plantear a cambio una política movida por la solidariad con todos.

"El derecho al desarrollo de los países más pobres exige a los países desarrollados el preciso deber de intervenir en su ayuda", reflexionó, porque "los bienes de la tierra no pueden ser monopolio exclusivo de unos pocos".

PROBLEMAS PARA LOS POBRES

El papa enumeró otros problemas que afectan a los pobres y, por consiguiente, a la paz. En primer lugar, señaló el de la deuda externa, de la que dijo que quizás "ha llegado el momento de examinar nuevamente el problema, dándole la debia prioridad".

"Será necesario actuar sobre las causas del endeudamiento, condicionando las concesiones de las ayudas a que los gobiernos asuman el compromiso concreto de reducir gastos excesivos o inútiles y garantizar que las subvenciones lleguen efectivamente a las poblaciones necesitadas".

El segundo gran problema que afecta a la paz, según Juan Pablo II, es la droga, por "su relación con la violencia y el crimen". Otro problema es el de las corrientes migratorias, que producen tensiones que prturban la paz social.

"Para afrontar semejantes reacciones de violencia xenófoba", dijo el Papa, "antes que recurrir a medidas provisionales de emergencia es mejor atacar más bien las causas, promoviendo, mediante nuevas formas de solidaridad entre la naciones, el progreso y el desarrollo en los países de origen de esas corrientes migratorias". El Pontífice apeló también a la generosidad de los países para acoger alos refugiados y a las víctimas de la violencia.

Finalmente, dijo que hay otra aenaza para la paz: la miseria, porque va "socavando la dignidad del hombre, constituye un serio atentado al valor de la vida y perjudica gravemente el desarrollo pacífico de la sociedad.

Juan Pablo II tuvo también palabras contra el consumismo, como elemento que favorece la pobreza, y dijo que "la moderación y la sencillez deben llegar a ser los criterios de nuestra vida cotidiana".

"La reducción de la demanda", subrayó, "constituye un primer paso para aliviar la pobreza, si esto va acompañado deesfuerzos eficaces para asegurar una justa distribución de la riqueza mundial".

(SERVIMEDIA)
31 Dic 1992
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