Arenas, que pronunció una conferencia en el Club Siglo XXI con el título "1992: Luces y sombras", aseguró que "la sociedad que en estos diez años de Gobierno ocialista ha cristalizado en España es incompatible con el modelo comunitario".

Asimismo, dudó de "la competencia del Gobierno socialista para llevar a buen puerto la convergencia con Europa" y añadió que "las esperanzas del 82 se han convertido en las frustraciones del 92".

El dirigente del PP se mostró partidario de las tesis políticas que consideran consolidada una democracia cuando el Gobierno ha tenido dos cambios en su estructura mediante elecciones.

A su juicio, la extinguida Unión deCentro Democrático (UCD) cubrió la primera vuelta de este planteamiento. Agregó que le corresponde ahora a los socialistas cumplir con la segunda parte de la tesis, "para despejar el interrogante que ha levantado su comportamiento durante estos años".

Javier Arenas dijo que la acción de Gobierno del PSOE "invita más a la desconfianza que a la certeza de su madurez democrática", y se mostró escéptico sobre la capacidad de los socialistas para abandonar el poder "sin crispaciones y conflictos".

Desacó que "el modelo de sociedad creado por los socialistas se caracteriza por su falta de transparencia". Tras afirmar que "una democracia no funciona si queda en el aire la sospecha de fraude y engaño", llamó la atención sobre la "alarmante desconexión entre los ciudadanos y la clase política".

En referencia al presidente del Gobierno, Felipe González, dijo que "confundir la crítica, las denuncias y el ejercicio de la oposición con un ataque al sistema democrático, sólo es posible cuando se tiene una oncepción totalitaria del poder y, en definitiva, cuando no se tiene mentalidad democrática".

En su opinión, las renuncias de los partidos socialistas europeos a sus planteamientos utópicos lleva aparejada también la renuncia a sus promesas de honradez y eficacia, "para abrir las puertas a la corrupción y al acoso de las libertades". Citó como ejemplo de estas conductas el socialismo español, el francés y el griego.

Como alternativa al socialismo, el dirigente popular defendió el programa de Gobirno de su partido, que basó en tres criterios fundamentales: una mayor defensa de las libertades mediante el equilibrio de poderes, la democratización de la vida pública española y el retorno al protagonismo de la sociedad civil.