Según informó hoy el Ministerio de Sanidad y Consumo, la Comisión Europea ha encargado al Grupo de Trabajo del Comité Europeo de Normalización Electrotécnica (Cenelec) la adaptación de la norma que regulará la venta y uso de estos aparatos a las conclusiones de un informe emitido por el Comité Científico de la UE, que tiene en cuenta las aportaciones hechas por España.

Este grupo está reunido desde ayer, bajo la presidencia del dermatólogo español Pablo Fernández Peñas, en el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid.

Una de las condiciones requeridas por España es que los aparatos de bronceado no emitan radiación ultravioleta C, la de longitud de onda más corta de las tres bandas espectrales del ultravioleta y la más dañina para la salud, según Sanidad.

Los otros dos tipos de radiaciones son la B y la A, la de mayor longitud de onda y la más próxima al espectro visible, al color violeta, que ya se puede percibir.

Otra de las principales modificaciones solicitadas por España es la limitación de la irradiancia efectiva eritemal (es decir, la que produce enrojecimiento de la piel) de las lámparas a menos de 0,3 watios por metro cuadrado, expresado en unidades de potencia de la radiación que incide por unidad de superficie.

En este caso, el límite establecido equivale al factor UVI 12 (índice ultravioleta utilizado internacionalmente) y que es el que emplea el Instituto Nacional de Meteorología para informar a la población sobre las previsiones de radiación solar.