EL NOBEL GARY BECKER DEFIENDE EN MADRID LA LIBERALIZACION DEL DESPIDO Y LA SUPRESION DEL SALARIO MINIMO PARA CREAR EMPLEO
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El premio Nobel de Economía Gary Becker recomendó hoy la liberalización y el abaratamiento del despido, la supresión del salario mínimo y la rebaja de las cuotas de la Seguridad Social como vía para estimular la creación de empleo.
Becker formuló estas recomendaciones en unas jornadas sobre "El Futuro del capitalimo" organizadas en Marid por los diarios "Cinco Días" y "Wall Street Journal".
El premio Nobel dijo que la legislación española ha "restringido severamente el despido de trabajadores", algo que en su opinión hace que las empresas "vacilen a la hora de contratar nuevos empleados".
A su juicio, es normal que, en esas condiciones, las empresas prefieran hacer trabajar horas extraordinarias a sus empleados o contratar a tiempo parcial, antes que arriesgarse a contratar a alguién que no podrán despedir en caso de que caíg la demanda de sus productos.
Becker dirigió también sus críticas contra los salarios mínimos, por entender que, especialmente en el caso de los jóvenes, impide que sean contratados con sueldos más bajos para darles una formación que más tarde les permitirá ganar más.
El economista norteamericano se mostró convencido de que quienes defienden este tipo de restricciones legales en el mercado de trabajo con el declarado propósito de aumentar el empleo consiguen, en realidad, el efecto opuesto.
o mismo argumentó respecto a los impuestos y las cuotas sociales que gravan el empleo, que, a su juicio, han alcanzado niveles excesivos en Europa y también desalientan la contratación de nuevos trabajadores.
Becker discrepó de quienes abogan por una unificación de este tipo de impuestos y contribuciones entre los distintos países, por entender que la competencia en ese terreno permitirá que los políticos tengan menos influencia en la marcha de las economías.
El premio Nóbel de economía aseguró qe "si se reduce la excesiva regulación del mercado de trabajo, yo creo que no habrá grandes problemas para que las empresas aumenten plantillas, pero si se siguen poniendo trabas y una fuerte imposición, se desalentará la creación de empleo".
"Con ésto no quiero decir que el Gobierno no tenga un papel importante en la economía", dijo, "pero debe centrarse en papeles que el sector privado no puede hacer, especialmente en ayudar a los sectores de más bajo nivel económico". A juicio de Becker, "el problea es que los gobiernos gastan y regulan demasiado y no tienen muy buenos resultados en la mayoría de los países".
MAS CUALIFICACION
Por otra parte, Becker insistió en que los países que quieran encontrarse entre los más desarrollados en el siglo veintiuno deberán hacer un gran esfuerzo en la formación de capital humano, es decir, de la cualificación de su mano de obra.
Becker considera que la financiación de la formación de los trabajadores debe correr a cargo de las empresas y de los empleados y que el papel del Gobierno en esta materia debe ser muy limitado y reducirse a la formación de las personas con pocos recursos económicos.
En su opinión, estamos en "la era de la gente", porque, a diferencia de lo que ocurrió en el siglo XIX y la mayor parte del XX, la formación de los trabajadores va a ser más determinante que las máquinas o los recursos naturales.
Adujo como prueba los casos de Japón y los nuevos países industrializados de Extremo Oriente, que sin recursos naturales pero con na población trabajadora y bien educada se han convertido en éxitos económicos.
(SERVIMEDIA)
10 Jun 1993
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