NIÑOS BOSNIOS Y LA LEGION RECIBIERON EL HOMENAJE CALUROSO DE LOS MALAGUEÑOS, EN PLENA FERIA
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Treinta y dos niños bosnios refugiados en la capital de la Costa del Sol y la Legión española recibieron anoche un emotivo homeaje en la Caseta de la Peña "El Sombrero" del Real de la Feria de Málaga.
El acto, en el que los niños fueron los protagonistas, estuvo presidido por el gobernador civil de Málaga, Francisco Rodríguez Caracuel, y contó con la participación de Javier García, un malagueño que pudo llegar a Sarajevo en la caravana "Mir Sada".
Tras una cena ligera, el presidente de la Peña "El Sombrero", Laureano García, abrió el acto recordando el dolor y la tragedia que esos niños, la mayoría de ellos vecinos de laasolada ciudad de Mostar, han sufrido por culpa de "la guerra cruel".
Un coro formado por veinticinco niños, entre bosnios y españoles, subieron al escenario y entonaron con las manos unidas el tema popularizado por José Luis Perales "Que canten los niños", así como el himno de la Alegría, lo que hizo aflorar algunas lágrimas entre los presentes.
Más tarde, y en señal de solidaridad mundial, una niña española y un pequeño bosnio -uno de los seis huérfanos de padre y madre que acudió al acto- soltron una paloma, como símbolo de la paz.
TAMBIEN LA LEGION
También fueron agasados los legionarios españoles que participaron en las tareas humanitarias en la ex yugoslavia auspiciadas por Naciones Unidas bajo la bandera de la Agrupación Málaga.
En representación del cuerpo militar, acudieron al acto el general del Mando Legionario Rafael Reig de la Vega, el capitán de Sanidad Manuel Gamero Albarrán, y el brigaca Juan Vera Mora. El oficial y el suboficial fueron testigos directos del sufrimientode los habitantes de Bosnia-Herzegobina durante seis meses.
Los legionarios recibieron de los niños bosnios una placa conmemorativa de la noche, en señal de agradecimiento por su labor humanitaria.
Para los peñistas integrantes de "El Sombrero", el momento más emotivo fue cuando el presidente de la entidad, Laureano García, entregó al grupo de refugiados el sombrero andaluz símbolo de la entidad, "para que lo devolvais el día que regreseis a Málaga cuando la guerra haya finalizado y podaís reconsruir vuestro país".
Los refugiados bosnios en Málaga pudieron conocer una fiesta distinta a las que se celebraban en su país, según confirmaron ellos mismos. La música, las atracciones y el colorido de los trajes de faralaes les hizo olvidar la tragedia que se vive en su tierra.
(SERVIMEDIA)
20 Ago 1993
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