El pequeño nació con una cirrosis hepática y, para seguir viviendo, necesita un nuevo injerto con unórgano de sus características, ya que ha rechazado otros dos anteriores.

También requiere otro intestino, porque, a causa de la elevada cantidad de medicamentos que ha ingerido, esa parte de su organismo no está en buen estado.

Manuel Miguela, que desde hace algunos años es internado en determinadas épocas en el Hospital Vall D'Hebron, de Barcelona, deberá regresar a este centro en los próximos días, agregaron las citadas fuentes.

El niño, que actualmente pasa las navidades acompañado de susfamiliares en la localidad onubense de Minas de Herrerías, está considerado por los vecinos como un héroe.

Sus padres han lamentado en reiteradas ocasiones la falta de sensibilidad y concienciación de la sociedad en general a la hora de donar sus órganos.

Los abuelos del pequeño han calificado la situación actual de auténtico calvario. "El niño", añadieron, "está demostrando ser muy fuerte, pero tememos que algún día su organismo diga basta y todo se acabe. Estamos cansados de llorar y de rezar pra que, por fín, se lleve a cabo el trasplante definitivo".