Las niñas, que mantuvieron en vilo a la provincia de Valladolid durante el tiempo que duró su escapada, están de nuevo en casa. Por el momento, las muchachas seniegan a contar lo que hicieron en Madrid y a declarar de qué conocen a los jóvenes que fueron a visitar.

"No estamos para explicaciones", dijo Susana, "sólo queremos agradecer a todos por preocuparse tanto por nosotras, a la policía y los periodistas y a todos los de Langayo".

La hermana de Susana, Sagrario Arranz, aseguró que nadie le ha preguntado a Susana en casa por su aventura. "No queremos agobiarla más, después de todo el tiempo que ha pasado con la policía, lo que no quiere decir que no e haya llevado algún cachete de su padre, pero nadie le ha forzado a decir nada. Ya lo irá diciendo ella si quiere poco a poco".

Las dos niñas de Langayo, que asistieron hoy como un día normal a sus clases de primero de BUP en el Instituto de Peñafiel, aseguraron que no volverán a hacer una cosa así. "Hemos tenido bastante suerte", dijeron, "y no queríamos que nadie se preocupara. Pensamos llamar a cobro revertido, porque no teniamos dinero, pero luego no lo hicimos".