Un vecino de la localidad, residente en Madrid, afirma en una denuncia policial que tres toros y una vaca, que habían participado en un encierro, fueron enterrados vivos en una fosa común.

No obstante, la alcaldesa de la población zamorana y el responsable de la Guardia Civil negaron los hechos, señalando que sólo se produjo la muerte accidental de un astado durante el trayecto del encierro que tenía lugar entre una radera y las calles del pueblo. Tras confirmar la muerte del toro, la Guardia Civil decidió enterrarlo en una fosa.

La primer edil de Villamor de los Escuderos afirmó que durante las fiestas no se produce ningún mal trato a los animales "porque la Guardia Civil es la primera que se encarga de velar por la seguridad de los vecinos y de los toros".

El único contacto que hay entre los toros y los vecinos se produce en la pradera -que está verjada-, cuando un grupo de personas tiene la misión de espatar con una vara a los animales para que inicien el recorrido, "pero en ningún caso se les golpea; es sólo para espantarles", aseveró la alcaldesa.