El Consejo Político Federal de NI aprobó hoy con aplia mayoría (sólo dos votos en contra y una abstención entre los más de 80 delegados que asistieron a la reunión) el informe de su secretario general, Diego López Garrido, en el que apuesta por "una nueva orientación del partido hacia lo que llamaría proceso de convergencia orgánica con el PSOE".

Sin embargo, López Garrido señaló que esta decisión debe ser refrendada en última instancia por el Congreso nacional que NI celebrará en marzo del 2001.

El secretario general de Nueva Izquierda manifest a los periodistas que en la reunión que mantuvo ayer con José Luis Rodríguez Zapatero acordaron que las delegaciones de ambos partidos mantengan un primer encuentro a principios de noviembre para analizar la viabilidad de la integración.

"Zapatero y yo", explicó López Garrido, "quedamos en que a principios de noviembre tendremos una primera reunión de delegaciones. Ese diálogo es absolutamente necesario para ver si compartimos un proyecto común y si podemos coincidir en ese marco de convergencia orgáica".

En este sentido, indicó que la fusión de ambas formaciones puede contribuir "al fortalecimeinto de la izquierda española, a hacer realmente creíble una alternativa al PP".

Si bien reconoció que durante los últimos meses algunos miembros de NI ha ingresado en el PSOE, aunque matizó que se trata de casos anecdóticos por su escaso número, aseguró que el proceso de integración no se puede acelerar más, ya que debe ser el Congreso del partido el que lo apoye o rechace.

Asimismo, apuntó que a unión de ambos partidos no debe limitarse a "una mera integración administrativa", por lo que insistió en la necesidad de consensuar estrategias políticas y diseñar una labor de oposición al PP "más visible y explícita".

Con este proceso culminará una etapa de estrecha colaboración entre ambas formaciones, que concurrieron juntas a las elecciones municipales, autonómicas y europeas celebradas en 1999 y a las generales del pasado mes de marzo.