En una nota hecha pública hoy por esta sociedad científica, el doctor Rodríguez González-Moro, portavoz de la Separ y miembro del grupo de Asma de esta sociedad, se ha comprobado que las vacunas son válidas únicamente para pacientes asmáticos muy concretos, y casi nunca son electivas en los casos más graves.

"La vacuna", explicó, "es un arma inmunoterápica que pone de freno a la respuesta sensible del organismo, lo cual puede dar luga a efectos secundarios importantes. Esa es suficiente razón como para que su uso indiscriminado no sea aconsejable, máxime si hay otros medios, que ofrecen mejores resultados".

Los neumólogos argumentan que si una vacuna antialérgica cuesta en el mercado entre 15.000 y 25.000 pesetas para un tratamiento de dos meses, que es personalizado y debe ser encargado desde la farmacia a la industria, los inhaladores que proponen como terapia los neumólogos tienen un coste inferior a las 5.000 pesetas y sólo seemplean cuando el enfermo sufre una crisis.

El asma se define como una respuesta de hipersensibilidad bronquial ante determinados estímulos en muchos casos desconocidos y en otras ocasiones de tipo ambiental, como los ácaros del polvo, la polinización, el epitelio de los animales domésticos, la contaminación o el humo de los cigarrillos.

Por ello, los neumólogos españoles insisten en que las indicaciones actuales de la inmunoterapia son muy escasas "y se reducen a enfermos en los que puede demostarse una relación evidente entre los síntomas y la exposición a un antígeno concreto que no puede evitarse y cuando los síntomas pararecen durante todo a la mayor parte del año y su sintomatología no se controla con tratamiento farmacológico".