Fuentes próximas a los interlocutores del Ejecutivo en las conversaciones de Argel aseguraron a Servimedia que, aunque el escenario de entonces y el actual son distintos, puede decirse "casi con seguridad" que la banda etarra volverá a plantear demandas muy difíciles de asumir.

Las fuentes consultadas aseguraron que la ruptura de la negociación que se llevó a cabo en 1989 bajo el mandato de Felipe González se debió a dos exigencias que planteó ETA tras anunciar su tregua.

En este sentido, la banda terrorista reclamó que en las reuniones que se mantuvieran a partir de ese momento se trataran "contenidos políticos", algo que el Ejecutivo estimó que no era asumible.

Tampoco consideró aceptable el Gabinete de González ceder a la exigencia etarra de que en la mesa de negociación se sentaran tres destacados presos de la banda: "Txikierdi", "Mamarru" y "Santi Potros".

Estas demandas no aceptadas por los negociadores oficiales llevaron a ETA a anunciar el 4 de abril de 1989 que daba por rota la tregua que había anunciado el 8 de enero de ese año y que se prolongó por espacio de cuatro meses.

A este respecto, las fuentes consultadas aseguraron que, en el actual proceso, la cuestión de la negociación política podrá ser solventada con la creación de las llamadas "dos mesas", en una de las cuales estarán los partidos y en otra el Gobierno y ETA.

No obstante, los negociadores del Ejecutivo en Argel entienden que es muy probable que la banda terrorista vuelva a plantear ahora que en la mesa de negociación esté físicamente algún destacado preso etarra, lo que podría originar dificultades.