Juan de Palafox y Mendoza, nacido en la localidad de Fitero (Navarra) en 1600, fue virrey de Nueva España y obispo de Puebla de los Angeles, en México, y más tarde obispo de Burgo de Osma, en España. Nació como hijo natural de un noble aragonés, el marqués de riza, y su madre fue una viuda que más tarde se recluiría en el convento de las Facetas de Zaragoza del que llegaría a ser priora.

Tras un encuentro en Calatayud con el conde-duque de Olivares, éste le cooptó para la Corte de Felipe IV, donde ocupó diversos cargos de responsabilidad en los órganos consultivos del Rey, singularmente en el Consejo de Indias del que fue miembro en 1629, fecha en la que se ordenó sacerdote.

En 1639 partió hacia las Indias donde había sido nombrado obispo de Puebla. E esta ciudad construyó la catedral, y más tarde fue nombrado virrey de Nueva España.

Pero el rasgo histórico más sorprendente de este personaje es la gran variedad de representaciones de su figura que se hicieron hasta el punto de que en 1653 la Inquisición prohibió que se hicieran más retratos de su persona y se ordenó que se recogieran las existentes, de las que se retiraron más de seis mil. El autor del libro, Ricardo Fernández Gracia, encuentra tres razones para esta abundancia iconográfica. En prmer término, la adhesión a su persona por su labor reformadora en México; en segundo lugar, la exaltación de su santidad debido a que protagonizó una visión de la Virgen, y, por último, su papel en la polémica con los jesuitas.

El libro publicado por el Gobierno de Navarra relata, en su primera parte, la biografía de Juan de Palafox y las razones de su abundante iconografía, y realiza una caracterización de ésta. En la segunda parte, se inventarían y describen los tipos iconográficos con que se represntó a Juan de Palafox, como obispo, como escritor y polígrafo, y como protagonista del milagro de la contemplación de la Virgen.