Soledad Becerril reiteró su apoyo y solidaridad a las reivindicaciones de los trabajadores, pero expresó su repulsa por la forma cómo se ha desarrollado la protesta, que ha concluido con dos heridos leves y diez contusionaos, según representantes del comité de empresa de Sevilla.

"Rechazo claramente y de manera tajante los procedimientos utilizados. La ciudad no se puede, ni debe, convertirse en un campo de batalla. Es un malísimo ejemplo para los intereses económicos de Sevilla y muy malo para una ciudad con tanta influencia en el turismo", afirmó.

Por su parte, la coalición Izquierda Unida-Los Verdes pidió al término de la manifestación la dimisión de la delegada del Gobierno en Andalucía, Amparo Rubiales, por l contundencia de la respuesta de la carga policial.

Efectivos de la policía nacional dispararon pelotas de goma para disolver la manifestación en el momento en que varios encapuchados arrojaron piedras, dispararon petardos y quemaron neumáticos en la fachada principal del Palacio de San Telmo, sede de la presidencia del Gobierno andaluz.

El presidente del comité de empresa de Sevilla, Ignacio Sánchez, coincidió con los presidentes de los comités de las factorías de Puerto Real y Cádiz, en rechaza la invitación del Gobierno a mantener una entrevista el lunes con el presidente de la Junta, Manuel Chaves, quien no les recibió hoy por presidir a esa hora una reunión extraordinaria del consejo de Gobierno para debatir los presupuestos para 1996.

"Se están pitorrenado y cachondeando de todos los andaluces, y la respuesta a partir del lunes va a ser a muerte", advirtió Sánchez.