Tras el encuentro ambas partes manifestaron su satisfacción al haber logrado aproximar sus posiciones. Narbona señaló que la obra del trasvase está justificada, pero debe ser completada por el resto de actuaciones propuestas desde los grupos ecologistas, que garantice una correcta gestión del agua.

Por su parte, Lola Iyescas, de la CEPA, declaró que "si se explica adecuadamente la necesidad del trasvase y se adoptan las medidas que favorezcan el ahorro y la reutilización del agua, la Coordinadora no se opondrá a la oba".

La perforación del túnel del trasvase, cuyas obras han obtenido ya todas las autorizaciones necesarias, se iniciarán dentro de unos tres meses, como estaba previsto.

Cristina Narbona aprovechará este período para seguir avanzando, junto con los grupos ecologistas, en el análisis de las medidas correctoras y de las actuaciones complementaristas al propio trasvase. También se ha comprometido a dar la máxima publicidad a todos estos aspectos, que serán recogidos en una resolución ministerial.

Las condiciones de utilización futura del trasvase, que son las mismas que contempla el proyecto, deberán ser aprobadas con rango de Ley, como prevé el borrador del anteproyecto de Ley del Plan Hidrológico.

Estas condiciones permitirán que se conduzca agua hacia la Bahía de Cádiz sólo cuando el caudal del Guadiaro supere los 5 hectómetros cúbicos por segundo. En el proyecto se contempla una media anual a trasvasar de 66 hectómetros cúbicos siendo la estimación máxima de 110 al año.