En un desayuno organizado por el Club Internacional de Prensa, la titular de Medio Ambiente fue más allá y aseveró que en España no sólo se derrocha agua sino que, además, se sigue teniendo la idea de que el agua es un bien infinito y prácticamente gratuito.

Según señaló, ese derroche de agua se da fundamentalmente en la agricultura y en casi la totalidad del territorio. La excepción se encuentra en regadíos muy eficientes en más de la mitad de las hectáreas de cultivos en Murcia, "la región donde el uso del agua en agricultura tiene cotas de mayor eficiencia". Destacó también el caso de Alicante y Almería.

"En el resto de España", añadió, "resulta absolutamente surrealista a estas alturas pedir embalses, por ejemplo en Castilla y León, cuando la práctica totalidad de los regadíos en esta región son obsoletos y significan una bajísima eficiencia en el uso del agua".

Frente a esta realidad, la responsable de Medio Ambiente subrayó que introducir conceptos como el coste real del agua, la eficiencia en su uso o las alternativas a las obras hidraúlicas convencionales está siendo uno de los mayores envites del Ministerio. "Estamos acometiendo una profunda reorientación de la política del agua para que España se ponga al nivel de su desarrollo económico".

SEQUÍAS MÁS FRECUENTES

Para hacer frente a las sequías que, según reconoció, serán cada vez "más frecuentes", la ministra dijo que "estamos trabajando para abordar la sequía con una visión de futuro y no como una cuestión coyuntural. España tendrá más sequías y las tendrá cada vez más frecuentes".

Entre las actuaciones del ministerio para hacer frente a la sequía, Narbona se detuvo en la puesta en funcionamiento de las desaladoras, muchas de las cuales estaban licitadas e incluso construidas pero no en funcionamiento.

Otra de las asignaturas pendientes en materia de agua destacada por la ministra se refiere al aprovechamiento de los usos del agua. "Es grotesco que un país como el nuestro, y en pleno siglo XXI, no tenga la información correcta para un volumen muy amplio de aprovechamientos del agua porque eso nunca ha sido una prioridad de la política del agua en España", lamentó.

Es necesario, explicó, que las confederaciones hidrográficas conozcan con exactitud los aprovechamientos del agua. "Hay que saber quién utiliza el agua, en base a qué título y qué hace con el agua".

A modo de ejemplo, señaló que ya en la Comunidad de Madrid se sabe cuántos pozos ilegales existen, muchos de ellos utilizados para campos de golf que no estaban registrados y que están siendo cerrados. "Este problema se extiende a todo el territorio, donde cualquier confederación tiene bastante dificultad en saber con rigor cuánta agua está disponible y qué se está haciendo con ella".

"Todo esto es un ejemplo de la dificultad de cambiar la política del agua en un país donde se ha considerado durante demasiado tiempo que el agua es un bien infinito y prácticamente gratuito", concluyó.