El Foro Ermua no tiene la pretensión de convertirse n un nuevo grupo pacifista, sino en un tribuna de debate abierta a cualquiera que quiera aportar soluciones al terrorismo, entre las que se descarta "firmemente cualquier clase de negociación política con ETA" y se admiten "las oportunas medidas de reinserción social" para presos etarras.

Los firmantes del manifiesto del Foro Ermua consideran que cualquier proyecto político debe validarse mediante el sufragio de los ciudadanos y debatirse en el Parlamento, "institución esencial de nuestra democracia ylugar privilegiado para el diálogo político".

Tras reconocer la labor realizada por los grupos pacifistas vascos en Eukadi, los firmantes del manifiesto sostienen que es necesario ir más allá del "pacifismo gradual y el silencio testimonial" para buscar nuevas formas de oposición al "fascismo vasco" encarnado en el entorno terrorista.

En este sentido, los firmantes reivindican el espíritu civil iniciado durante el secuestro de Miguel Angel Blanco, cuando la sociedad vasca "recuperó no sólo la cale, sino la voz, y demostró que es posible luchar pacífica y contundentemente contra ETA" y quienes la amparan.

Según consta en el manifiesto, los integrantes del Foro Ermua consideran que los representantes políticos e institucionales no han actuado con la unidad y firmeza necesarias contra ETA.

Tras señalar que es necesario acabar en el País Vasco con la ambigüedad que permite el "colaboracionismo entre demócratas y fascistas", los firmantes del manifiesto hacen un llamamiento a la sociedad vasc para que se comprometa a defender la democracia y el ejercicio de la palabra de una manera cívica, pero con resolución y firmeza. "Sólo así alcanzaremos la paz sin sacrificar nuestra libertad", concluye el texto.