MADRID

NACE LA ASOCIACIÓN ESPAÑOLA DE PACIENTES CON SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

MADRID
SERVIMEDIA

Hoy se ha presentado en Madrid la Asociación Española de Pacientes con Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI), trastorno neurológico del movimiento que, según la propia asociación, padece un 5% de la población española y que se caracteriza por la necesidad irresistible de mover las piernas y por sensaciones molestas y desagradables en las extremidades inferiores.

Este síndrome puede llegar a afectar a la calidad de vida de los pacientes, ya que impide conciliar o mantener el sueño y produce síntomas sensitivos desagradables cuando el paciente se relaja.

La privación crónica del sueño puede influir negativamente en la capacidad de concentración y de trabajo, así como en otras actividades de la vida cotidiana, desde conducir a disfrutar del tiempo libre.

La Asociación Española de Pacientes con Síndrome de Piernas Inquietas (AESPI) nace con el objetivo de agrupar a todos los pacientes con esta patología y poder ayudar también a sus familiares y amigos.

Por ello, la asociación quiere difundir información, a través de su página web, sobre los últimos estudios y publicaciones de reconocido prestigio nacional e internacional.

La página "www.aespi.net" pretende convertirse en uno de los ejes centrales de la Asociación. A través de ella, se podrá acceder a todo de tipo de información general de la enfermedad y se podrán establecer y mantener relaciones con otros centros e instituciones de carácter similar, tanto en el ámbito nacional como internacional.

Aproximadamente el 80% de las personas con Síndrome Piernas Inquietas experimentan movimientos periódicos de las extremidades mientras duermen. Éstas son sacudidas que se producen habitualmente con una frecuenciua de 20 a 30 segundos (entre su aparición y desaparición) y que a menudo causan despertares parciales que interrumpen el sueño.

Elegir un estilo de vida saludable, eliminar las sustancias que producen los síntomas (café, té y refrescos excitantes), tomar los suplementos de vitamina B y minerales necesarios (hierro, magnesio, potasio y calcio) y ocuparse en actividades autodirigidas (caminar, estirarse, tomar baños fríos o calientes, etc).

Actualmente las sustancias de tipo dopaminérgico constituyen el tratamiento de primera elección para el SPI, tal y como lo han confirmado diversos documentos de consenso internacional. Otras sustancias alternativas son los fármacos anticonvulsivantes, analgésicos y sedantes.

(SERVIMEDIA)
24 Mayo 2005
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