Antes de la explosión se recibió en el hipermercado la llamada de una persona que anunciaba la explosión y a su vez se escuchó una voz distorsionada que gritaba "Mururoa, Mururoa", en referencia a las pruebas nucleares francesas que realiza Francia en el Pacífico.

La asociación ecologista Greenpeace, a través de su potavoz, Carlos Bravo, ha condenado el hecho, al igual que condenó el secuestro de un avión la pasada semana cuando hacía el trayecto Palma de Mallorca-París, desviándolo a Suiza.

Bravo condenó también, en declaraciones a Servimedia, los incidentes provocados en Papeete (Tahití) por los independentistas. "Nosotros condenamos todo tipo de violencia. Nosotros hemos sufrido la violencia por parte de los franceses, pero no pensamos que haya que actuar de esta forma para conseguir unos objetivos que se tiene que conseguir a través del rechazo internacional", indicó.

Además, Carlos Bravo señaló que "el boicot es una herramienta que se está utilizando en muchos sitios y que puede tener un impacto económico muy importante. Pero a pesar de eso, nosotros lo condenamos porque somos una asociación pacifista".