El primer edil socialista se manifestaba así, mientras los miembros del Comité Ejecutivo de la Comisión Pro-Segregación de La Moraleja le acusaban de "caciquismo" y de querer controlar esta parte de la zona segregacionista a través de la inmobiliaria Urbaresa, que promueve el Soto.

Mientras Caballero augura un futuro incierto a los separatistas, a los que animó a seguir con el trámite del expediente de la segregación, la comisión gestora tem que el Ayuntamiento siga realizando operaciones urbanísticas "especulativas" para impedir su objetivo independentista.

Aunque está distante en el tiempo la conclusión del trámite de expediente de segregación, sea o no a favor de los vecinos, estos presentaron ya el presupuesto del futuro Consistorio.

Según la estimación del presupuesto de 1992 el nuevo Ayuntamiento ingresaría 1.475 millones de pesetas y no gastaría más de 870 millones lo que permitiría, según los separatistas, un superávit de 60 millones manteniendo los impuestos que actualmente pagan los vecinos al Consistorio de Alcobendas.