Serrate-Cuellar aclaró que las drogas no se cultivan, sino las plantas de coca. "Las drogas sólo se cultivan", explicó el embajador boliviano, "en circuitos delictivos que tienen asfalto o luces de neón".

"Si la coca fuera ilegal, más de la mitad de la población de Bolivia estaría en la cárcel", añadió. Serrate-Cuellar explicó que los indígenas bolivianos mastican desde tiempos inmemoriales la coca.

La coca cuenta con un lugar privilegiado en la medicina tradicional, utilizándose para aiviar problemas estomacales, efectos de altura y del cansancio. Asimismo, el consumo en forma de té está muy difundido en toda Latinamérica: el mate de coca se comparte con amigos y visitantes ilustres.

Por el contrario, la cocaína es un producto químico que requiere de insumos muy peligrosos y dañinos para la salud humana. Serrate-Cuellar añadió que existe una gran cantidad de productos químicos muy conocidos por la sociedad, cuyos efectos nocivos no están muy difundidos, como el cloroformo que es cacerígeno.