Clima
El mundo desaprovecha abordar la crisis climática para salir de la covid-19
- Según un estudio de la Universidad Johns Hopkins
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Los países de todo el mundo han perdido una oportunidad de abordar la crisis climática desembolsando un gasto de estímulo sin precedentes por la pandemia de la covid-19, según un nuevo estudio de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos).
El trabajo, publicado este miércoles en la revista 'Nature', se basa en el análisis de más de 13 billones de dólares (11,7 billones de euros) en paquetes de estímulo relacionados con el coronavirus de 19 países y la UE, y concluye que apenas un 6% de ese dinero es para proyectos que probablemente reducirán los gases de efecto invernadero y otro 3% para iniciativas que quizá las aumenten, mientras que la gran mayoría del gasto de recuperación desatiende la crisis climática.
"Estos paquetes de recuperación económica brindaron una oportunidad para que los países imaginaran realmente cómo quieren que sean sus economías en el futuro”, apunta Scot Miller, profesor asistente de salud ambiental e ingeniería en la Universidad Johns Hopkins, quien añade: "La pandemia podría haber sido una oportunidad para empujar a los países hacia economías más verdes y muchos gobiernos no lo han hecho".
RECESIONES ECONÓMICAS
Los gobiernos suelen priorizar el crecimiento económico sobre la protección del clima, particularmente durante las recesiones económicas. Sin embargo, el gasto de estímulo durante las recesiones ofrece la oportunidad de combinar objetivos climáticos y económicos, según los autores. Tras la crisis económica de 2009, por ejemplo, un 16% del gasto de estímulo global se centró en actividades de reducción de emisiones.
El equipo analizó la política de estímulo de cada nación desde el comienzo de la pandemia en 2020 hasta bien entrado 2021, considerando el porcentaje dedicado a actividades que aumentarían, reducirían o neutralizarían las emisiones.
De los 13 billones de dólares que las naciones prometieron para los esfuerzos de recuperación, sólo un 6% se centró en actividades que reducirían las emisiones: inversiones en vehículos eléctricos, infraestructura de transporte, hogares y oficinas con eficiencia energética e investigación en energía renovable. Los países han comprometido destinar menos de un billón de dólares (0,9 billones de euros) en proyectos que reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero, ya sea directa o indirectamente.
"Aunque se trataba de una crisis de salud pública, en principio los gobiernos podrían haber intervenido en la economía de una manera que cambiara todo, uniéndose para hacer algo realmente grande para enfrentar el desafío climático”, apunta Jonas Nahm, profesor asistente de energía, recursos y medio ambiente en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad de Johns Hopkins, quien agrega: "Pero la gran mayoría del dinero gastado tiene una relación muy tenue con las emisiones, por lo que, en general, fue muy decepcionante".
COREA DEL SUR Y LA UE
El equipo encontró que, de las medidas de estímulo verde, sólo alrededor de un 27% reduciría directamente las emisiones de gases de efecto invernadero. El 73% restante tendría un impacto indirecto en el mejor de los casos, con proyectos como subsidios para productores de biocombustibles en Brasil o financiación en Alemania para ayudar a la construcción de estaciones de carga de vehículos eléctricos.
Los países o regiones que dedicaron la mayor cantidad de dinero de estímulo para proyectos ecológicos son Corea del Sur y la UE, con más de un 30% de sus paquetes a esas medidas. Brasil, Alemania e Italia invirtieron más de un 20% de su gasto de recuperación en proyectos ecológicos, mientras que Francia invirtió poco más de un 10%.
Los que apenas consideraron proyectos relacionados con el clima en sus planes de recuperación -con menos de un 5% de sus inversiones en planes de estímulo- son Estados Unidos, Japón, Rusia y Reino Unido.
Los billones de dólares gastados en todo el mundo, principalmente en cheques incondicionales para individuos y empresas, podrían haber cubierto las inversiones necesarias en tecnología, infraestructura e investigación y desarrollo para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París, al tiempo que se crean empleos y se fomenta la recuperación económica, según los autores.
"Si alguna vez hubo una oportunidad de vincular la recuperación económica con estos objetivos climáticos que se acercan cada día, éste habría sido el momento de hacerlo”, apunta Miller, que subraya: "En los próximos meses y años, no debemos olvidarnos de los objetivos climáticos y de emisiones de gases de efecto invernadero al diseñar medidas de recuperación económica. Estos objetivos climáticos para 2030 están llegando más rápido y antes de lo que pensamos y no podemos dejar de pensar en el cambio climático hasta que termine la pandemia".
(SERVIMEDIA)
02 Mar 2022
MGR/clc