Así se desprende del "Panorama sociolaboral de la mujer en España", elaborado por el Consejo Económico y Social (CES) a partir de los datos de la EPA, que muestra, sin embargo, que la presencia de las mujeres en los cargos de dirección de las empresas y de la Administración Pública no sólo no ha aumentado, sino que se ha reducido ligeramente entre 1994 y 2003.

En 1994 dos de cada diez mujeres, frente a uno de cada diez hombres, trabajaban en la restauración, servicios personaes, servicios de protección y vendedores de comercio; otras dos mujeres en ocupaciones de tipo administrativo (uno de cada diez varones) y dos mujeres más en trabajos que no requerían cualificación. En el caso de los hombres, cuatro de cada diez eran trabajadores cualificados de la industria y la construcción, sectores en los que sólo trabajaban una de cada diez mujeres.

Nueve años después, según el CES, entre las mujeres han cobrado una importancia mayor los trabajos de técnicos y profesionales y cietíficos e intelectuales, y técnicos y profesionales de apoyo, y han perdido peso los empleos de tipo administrativo y, aunque sólo ligeramente, los puestos de trabajo sin cualificación. Los trabajos cualificados de la industria y la construcción siguen vedados a las mujeres.

El informe del CES señala que este cambio en la distribución del empleo femenino por ocupaciones va acercándose a la que rige en el conjunto de la Unión Europea (UE). Pese a ello, matiza que sigue habiendo diferencias muy considerbles, como que entre las mujeres europeas es mucho mayor el porcentaje de quienes trabajan como técnicos y profesionales intermedios y mucho menor el de las que desempeñan trabajos sin cualificación.

El estudio destaca el aumento, tanto en peso sobre el total del empleo femenino como en presencia de mujeres, de técnicos y profesionales superiores en áreas que años atrás estaban reservadas casi por completo a los hombres, como las ciencias físicas, químicas, matemáticas e ingeniería, donde las mujeres asi han doblado su presencia entre 1994 y 2003.

Para los autores del informe, la pervivencia de un número importante de mujeres jóvenes en empleos sin cualificación, aunque mucho menor que el de los hombres, lleva a atemperar juicios en exceso optimistas sobre el significado del cambio en la estructura ocupacional de las mujeres, precisamente porque los mayores niveles medios de formación no terminan de plasmarse en la distribución por ocupaciones.

No obstante, señalan que en los últimos años se a producido una extraordinaria afluencia de mujeres inmigrantes relativamente jóvenes al mercado de trabajo español, que han tendido a concentrarse en puestos de trabajo de baja cualificación, lo que podría explicar en parte esa situación.