El estudio compara el tiempo de trabajo que realizan los mayores de 18 años en empleos pagados y en tareas como la compra y preparación de alimentos, el cuidado de otras personas (niños y mayores) o la lipieza del hogar.

Su análisis, del que ha publicado un avance el último número la revista oficial del Ministerio de Economía "Información Comercial Española" bajo el título "El papel de mujeres y hombres en la economía española", se basa en estadísticas oficiales de los ministerios de Economía y Trabajo, así como en investigaciones del CSIC y en estudios financiados por la Fundación BBV sobre el uso del tiempo por parte de los españoles.

Su conclusión es que "la jornada real de trabajo (remuneradomás no remunerado) a lo largo del año es doble para las mujeres (un promedio de 64,31 horas a la semana) que para los hombres (31,85 horas como promedio)".

Ese tiempo de trabajo 'real' es el que resulta de establecer una semana promedio, teniendo en cuenta los festivos y las vacaciones, periodos en los que precisamente las diferencias entre los dos sexos son más marcadas porque las mujeres desarrollan la mayor parte de las tareas del hogar en esos periodos de tiempo, y considerando también la activida sensiblemente mayor de las mujeres mayores en relación a los jubilados.

"Los varones", señala el estudio, "sólo desarrollan un tercio del trabajo total requerido para mantener la sociedad española en los niveles de bienestar (monetario y no monetario) que actualmente disfruta, aunque obtienen el 69 por cien del trabajo con contrapartidas monetarias directas".

La autora sostiene que, "por encima de pequeñas diferencias en el modo de definición o de obtención de los datos, que podrían ampliar o reucir estas cifras en un 10 ó 20 por ciento, el sentido de las macromagnitudes es incuestionable".

"El nivel de vida" del país se mantiene", añade, "gracias a la aportación de una enorme cantidad de trabajo no remuerado, del que se adscribe a las mujeres el 80 por cien. Y según todas las encuestas de opinión, las mujeres españolas desearían cambiar esta situación por una relación diferente con la estructura productiva y con el mercado de trabajo".

A este respecto, María Angeles Durán declaró a Serimedia que, aunque la diferencia entre el trabajo de mujeres y hombres pueda parecer muy grande, las estadísticas y encuestas de las que se disponen ponen de manifiesto que ésa es la realidad.

En su opinión, la diferencia se origina sobre todo entre dos colectivos: los mayores de 65 años, que suponen casi el 20 por ciento de la población, ya que las mujeres mayores de esa edad siguen desarrollando una gran actividad en tareas domésticas en tanto que los hombres no; y las mujeres con empleo, porque lo ompatibilizan con las tareas caseras en una medida mucho mayor que los varones.

A ello se une también que, con carácter muy general, "los hombres dejan de trabajar prácticamente en sus empleos remunerados los fines de semana y las mujeres concentran en el fin de semana gran parte de los trabajos de atención y cuidado (niños, enfermos, ancianos) porque se cierran las instituciones (escuelas, centros de día, etc.) que comparten esta tarea los días laborables".

ENGAÑOSAS ESTADISTICAS CONVENCIONALES

La autora del estudio señala que las estadísticas y los indicadores económicos convencionales, como el del PIB, ignoran hechos básicos de la economía real, como el trabajo de la mujer en el hogar.

Dentro de la Unión Europea, esa circunstancia resulta particularmente tergiversadora de la realidad en el caso de España, porque es el país comunitario en el que hay una mayor proporción de trabajo extraoficial, invisible para las estadísticas económicas.

Como promedio, la población española mayor de 1 años dedica 645 horas anuales por persona al trabajo remunerado, 1.640 al trabajo no remunerado y 2.285 horas a la suma de ambos tipos de ocupaciones.

En consecuencia, el PIB español, en función de la valoración que se haga de ese trabajo no remunerado (que diversos estudios calculan entre el 80 y el 100 por cien del remunerado) sería entre un 102 y un 128 por ciento mayor de lo que dicen las estadísticas oficiales.

Según el estudio, "todos los países aumentan su PIB si se integra el trabajo no emunerado, pero ningún país de la OCDE o la UE lo haría en una proporción tan alta (la mayoría sólo se incrementaría entre el 40 y el 60 por cien) porque es en España donde se produce la mayor disparidad entre el trabajo remunerado y el no remunerado o, lo que es lo mismo, entre los papeles económicos que juegan los hombres y las mujeres".

En el caso de España, la autora señala que "la disparidad entre el volumen de la carga global de trabajo sostenida por hombres y mujeres en España es muy grande. Tato los logros obtenidos por la negociación colectiva a lo largo de décadas como los beneficios de la producción en serie y los sistemas de Seguridad Social han favorecido principalmente a los varones".