El "salto" comenzó a partir de 1983, cuando sólo había 441 reclusas en nuestro país, en una progresión creciente hasta octubre de 1991, fecha de los últimos datos, con 3.116 mujeres internas.

De ellas, 1.641 estaban como de penadas y 1.475 en situación preventiva.

Madrid y Barcelona son los centros penitenciarios que acogen a un mayor número de reclusas, el 30 por ciento entre ambas ciudades.

La mayría de esas mujeres han tenido relación en su infancia o adolescencia con el Tribunal de Menores, lo que ha marcado su futuro.

La mayoría de las reclusas proceden de familia numerosa, tienen escasa formación y problemas de alcoholismo y pertenecen a algún barrio periférico de una gran ciudad.

Sin embargo, la población reclusa femenina es numéricamente muy inferior a la masculina. Frente a 33.826 hombres, en octubre de 1991 sólo había 3.116 mujeres, el 8,4 por ciento del total.